No te asustes. Con Halloween a vuelta de la esquina estos vestidos podrían hacerte pensar en una peli de miedo (¿no llevaba la muñeca Annabelle uno muy parecido en Expediente Warren? Las gemelas de El Resplandor seguro que sí). O también pueden recordarte a los looks pastoriles de La Casa de la Pradera. Sabemos que en el baúl de nuestras abuelas había vestidos así y que jamás de los jamases nos hubiéramos atrevido a salir con ellos más allá del portal de casa. 

Con los vestidos de Batsheva nuestra primera impresión también fue de susto, pero segundos después estábamos totalmente fascinadas y hasta enganchadas a esta moda tan añeja. El concepto nos chocó tanto que nos costó encajarlo,  y eso que, como buenas creativas, seguimos las tribus urbanas japonesas (como la kawaii) muy de cerca, y eso siempre te curte a la hora de asimilar nuevas tendencias.

En nuestra defensa diremos que Vogue ha caído rendido ante esta tendencia que ha calificado como ‘puritanismo histórico y religioso’. Pero lo de “puritanismo” es solo un decir, y es que una de sus musas ha sido nada menos que Courtney Love, que con tal look parece una siniestra ‘baby doll’ del siglo XXI.

Con aire judíos, esta firma, sin duda, es inspiración para otras marcas de moda. Si no que se lo digan a Amancio Ortega. Zara ha lanzado al mercado modelos similares con estos toques tan puritanos en la nueva colección.

¿Por qué nos gusta Batsheva? Nos gusta porque rompe los esquemas, y eso siempre nos encanta. Han sabido convertir unas prendas “muy de abuela” en algo chic y darle un espectacular toque de moda. Diferenciación y carácter a partes iguales.

Nosotras ya estamos enganchadas a la tendencia. Te dejamos aquí nuestro favorito de la colección, ¿cuál es el tuyo?

Batsheva es una firma neoyorquina fundada en 2016 y creada por una abogada del mismo nombre y con creaciones de Laura Ashley, firma de moda e interiorismo que como sabéis es conocida por su estilo floral y shabby chic. Si te gusta este estilo Laura Ashley tiene tienda en Madrid, exactamente en Calle de Hermosilla, 36.

Agencia Magnolia