Todos sabemos que conseguir una primera cita no es tan difícil. Aunque una no sea Angelina Jolie, con ser un poco creativa y perseverar se tienen muchas papeletas de conseguir que nos den una oportunidad. ¿Pero qué pasa cuando lo que buscas es una relación larga y feliz? Ufff, eso ya no es tan fácil, ¿a qué no?
El mundo del marketing no es tan diferente del enamoramiento. ¿Quieres que tus clientes muerdan el anzuelo? ¿Quieres vender solo una vez? Hay muchas guías que te enseñan a usar tus principales atributos e ir de cena romántica en cena romántica. Hay muchas marcas que ponen en práctica la estrategia que en Magnolia llamamos “viuda negra”. Te compran una vez y se acabó. Pero esa estrategia, además de agotadora, no lleva a ninguna marca a ser una gran marca.
El mundo del marketing no es tan diferente del enamoramiento.
Si tus expectativas son altas y aspiras a diseñar un proyecto que perdure, te vamos a dar algunas claves. No es solo seducir, se trata de enamorar. De dejar con ganas de más y con deseos de volver a veros muy pronto. Y que pase el tiempo que pase, por muchas otras candidatas que se encuentre, sepa que tú eres diferente.
Aquí van siete características que comparten las grandes marcas o las marcas emprendedoras que llegarán lejos:
- Autenticidad. Cada día nacen cientos de marcas. La que no tenga el suficientemente carácter simplemente será una del montón.
- Diferenciación. Una marca debe ser capaz de ser percibida como única. Esto incluye todo: naming, branding, rrss, comunicación, eventos, packaging, CRM…
- Empatía. Debe saber definir bien quién es su cliente y saber qué necesidades tiene o cómo le gustan las cosas.
- Simpatía. Una gran marca debe compartir valores con sus clientes y tener cualidades admirables. Debe conectar emocionalmente con su target.
- Confianza. Para ganarse la confianza del consumidor, una marca debe ser honesta y cumplir siempre sus promesas.
- Calidad. Nada de lo anterior sirve de nada si el producto no es realmente bueno.
- Aspiracionalidad. El gran ingrediente secreto. Se basa en saber generar deseo. Es el talento para “embrujar”.
Y una vez se tiene todo esto: comunicar, comunicar, comunicar.
Foto: Dolce & Gabbana